LOCURA, LA RAZON DORMIDA

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La verdadera locura,

quizá no sea otra cosa que,

la sabiduría misma que,

cansada de descubrir

las vergüenzas del mundo,

ha tomado la inteligente

resolución de volverse loca

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Heinrich Heine...................................

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..........Siguiendo con las entradas, sobre mis miedos más profundos, uno de ellos es sin duda, perder la poca cordura que me falta. Una cosa es estar "loco de remate", pero ser consciente de tus actos y vivir la vida con un poco de riesgo y picardía, siempre sabiendo dónde está la línea que separa el bien del mal, pero otra sería perder la conciencia de tu día a día, pasar las horas

luchando contra tu mente y permanecer en "blanco" por los efectos de la medicación y sedantes.

En mi trabajo de enfermero, he tratado con gente, cuya salud mental es escasa y aún así, son conscientes de su problema y todos los días unen las fuerzas suficientes para salir a flote. Tener consciencia sobre lo que les rodea, es para ellos importante, pero lo es aún más, el darse cuenta de que algo "irreal" esta abordando su mente e incluso todos los sentidos.

Recuerdo con pena, el caso de Vanessa, una chica de 16 años ingresada en la unidad de psiquiatría del hospital, dónde estaba de prácticas, era una chica encantadora, luchadora, vivaz, etc. Ella padecía una ezquizofrenia paranoide y además había abusado del alcohol y otras drogas, que agravaron su situación física y mental. Para más inri, la chica había sufrido abusos sexuales por parte de un familiar suyo. Ella decía que era consciente de que tenía un problema en su cabeza, incluso bromeaba al decir, "algún cable no hace buen contacto en mi coco", ella hablaba con total normalidad, con frases típicas de una chica de su edad. Un día, fumandonos un cigarro en el patio de descanso de los internos, ella se nos acerco a pedirnos un cigarro y se puso a charlar con nosotros, recuerdo perfectamente, en un momento de la conversación, ella nos pedía como futuros profesionales de la salud (sabía que eramos alumnos de enfermería), que siguiéramos con nuestra vocación, que respetaramos a nuestros pacientes y si algún día trabajasemos en una unidad de psiquiatría, nos pedía llorando y un poco exaltada, que no diésemos tanta medicación a los pacientes, que la base era hablar con ellos y tranquilizarles con palabras, no con pastillas.

Ella decía que tenía una enfermedad crónica igual que si de un diabético se tratara, salvo que en vez del páncreas, el órgano afectado era el cerebro. Decía constantemente que ella distinguía perfectamente lo real de lo irreal, lo bueno de lo malo, pero a veces hacía cosas "malas" para que la voz interna se callase. De hecho, estaba ingresada en la unidad de agudos, por haber incendiado su casa, estando su familia dentro. Leyendo su historial, me entere que el primer día que llego, ella repetía constantemente que no quiso hacerlo pero llevaba muchos días aguantando un voz interior que le incitaba a provocar el desastre, hasta que no pudo más y prendió fuego a la vivienda con el fin de conseguir callar aquella voz, que tanto le martilleaba el cerebro.

Pero aún así afirmaba que medicando a la mayoría de los pacientes, no se les curaba, simplemente se les dejaba, con la razón dormida.

Desde mi punto de vista profesional, comparto con ella, que muchas veces se abusa del uso de medicación para "tranquilizar" al paciente, también es verdad, que a veces el paciente llega en tal estado de shock que hay que sedarlo, hoy por hoy en la mayoría de centros, se usa la farmacoterapia junto con la psicoterapia, las charlas en grupo e individuales, incluso cada paciente se hace cargo de sus medicación y dosis diaria, delante del profesional.

Muchos profesionales, dicen que la mayoría de la población ve castillos en el aire, pero el problema no es verlos, sino vivir en ellos y no darte cuenta de que es algo imaginario e irreal, con lo consiguiente, de no pedir ayuda médica o profesional.

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Vanessa, si algún día lees esto, te lo dedico a ti y a tu "razón dormida".... Espero que dónde estés ahora, no te estén dando mucha medicación y que sigas animando a los estudiantes de enfermería que pasen por tu lado, como lo hiciste conmigo...

Un Besote y Gracias.