domingo, 28 de noviembre de 2010

TE DOY

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Te doy mis ojos, para poder ver tu universo.
Te doy mis manos, para sentirme protegido.
Te doy mis labios, para poder sellar cada pacto.
Te doy mi alma, porque eres el guardián perfecto.
Te doy mi sexo, porque no podría ser de otra manera.
Te doy mi niñez, porque es un tesoro en estos tiempos.
Te doy mis impulsos, porque sin ellos todo habría muerto.
Te doy mis miedos, porque contigo se como calmarlos.
Te doy mis pensamientos, porque en ellos habitas cuando no te veo.
Te doy mis sueños, porque eres el protagonista de ellos.
Te doy mi amor, porque es esencial el poder compartirlo.
Te doy mi corazón, porque sin ti no tendría latidos.
Te doy mi esencia, porque no debe desaparecer.
Te doy mi sonrisa, porque es la llave perfecta.
Te doy mis lágrimas, porque me siento seguro.
Te doy mi mente, porque de ella eres el dueño.
Te doy mi vida, porque es lo mas preciado que tengo.
Te doy mi tiempo, porque tengo toda una vida para que lo consumamos.
Te doy todo lo que tengo, sin pedir nada a cambio.

martes, 16 de noviembre de 2010

APOSTE POR TI

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.......... La vida está llena de situaciones, en las cuales hay que saber elegir. Toda la vida se basa en decisiones y elecciones, sobre que camino seguir al llegar a una bifurcación.
La vida se basa principalmente en tomar decisiones, correctas o no, siempre hay que elegir y en mi caso puedo decir que tuve que apostar.

Mi alma acababa de ser agitada, desconcentrada y descolocada, cayendo desde lo más alto que pudo caer, destrozándome por dentro como cuando arrojas una vida a un precipicio y en seco choca contra el fondo del abismo. Tenia el alma batida por las aspas del odio, el desprecio y la traición.

Con artes de maestro consumado, supistes recoger cada trozo mío y poco a poco fuistes juntándolos a base de confianza, respeto y bondad. El puzzle lo tenías casi terminado pero aun así es débil y sensible y hay que ir uniéndolo despacito con hilos de sinceridad. Hilos que en un principio parecen que son tan frágiles como los primeros besos, pero poco a poco se van haciendo mas fuertes hasta que son extremadamente difíciles romperlos.
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.....Partiendo de esa premisa, iniciamos un camino juntos y de la mano, he de confesar que tengo miedo, que estoy realmente asustado. Por no poder, no puedo ni mirar a los ojos a ese ángel que me permite ver su aura a cada momento y principalmente tras cada sonrisa.

El amar duele, pero ese dolor hay que sentirlo, porque de lo contrario nos estaríamos perdiendo una gran verdad, una de las grandes, de las universales.

A pesar del dolor, amar también cura heridas y calma la sed de un cuerpo necesitado, desprotegido, falto de cariño, abandonado y despreciado.

Como siempre, llega el momento de las decisiones, de las bifurcaciones donde hay q saber elegir hacia donde ir, yo me dejé llevar por mi instinto, por mis sensaciones y aposté por ti, por seguir conociéndote, por seguir avanzando paso a paso, pero junto a ti.
Surgen dudas y miedos, pero a su vez, pasan a un segundo plano, sobretodo cuando te recibo, cuando me aceptas, cuando nos entregamos.
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Apostar hace referencia al juego, un peligroso juego, el cual no es concebido en mi forma de vivir. También hace eco a una elección, a una duda o a una opción entre varias.
Aposté por la felicidad, el cariño, el sueño, la ilusión, la pasión y el deseo, aposté por todo ello por separado pero a su vez como una unidad, como un todo.
Esta apuesta ha hecho que saque lo mejor y lo peor de mi, pues cuando me entrego al amor, soy egoísta, aquí o es todo o nada, no lo puedo entender de otra manera. Estoy tan seguro que hice la apuesta correcta que no me avergüenza decirlo ni de reconocerlo.
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Me siento feliz y con ganas de gritar al mundo lo bien que me encuentro, todo se lo debo a una apuesta a ciegas, pero el que no prueba a arriesgar, vivirá toda su vida con el peso de la cobardía sobre sus hombros. Y yo a esta a alturas de la vida no podría permitirme ese peso y menos aún arrepentirme por ser cobarde.
Volver a sonreír tras un extenso letargo, es la mejor sensación que uno puede tener y si encima le añades que aparte de volver a sonreír, se vuelve a sentir, se vuelve a desear, se vuelve a querer e incluso porque no a amar.

Las fichas están en el tablero, la partida ha comenzado, hagan sus apuestas, que yo ya se que tomé la decisión correcta.